En el folleto pinso poner sobre la vida, los logros, datos curiosos, y acciones que han cambiado o ayudado al mundo. Después de haberme informado desde diferentes fuentes, puedo suponer que Michelle Obama es el personaje indicado; Michelle Obama; "Una mujer negra del sur de Chicago… no se suponía que hoy estuviera aquí”. No podían ser más ciertas esas palabras pronunciadas por la esposa de Barack Obama en su primera carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos. Cuando en el 2008 la pareja llegó a la Casa Blanca, se pensó que la importancia de su rol radicaría exclusivamente en lo que representaba históricamente ser la primera mujer de su raza, descendiente de esclavos, en llegar a esa instancia, un símbolo más fuerte incluso que el del presidente, cuya madre era una estadounidense blanca. Sin embargo, Michelle Obama se ha encargado de que sus acciones y su gestión sean las que ganen protagonismo.
Y es que Michelle LaVaughn Robinson nació para ser competitiva: de niña odiaba perder hasta en el monopolio y cuando Craig, su hermano mayor, fue becado en la universidad de Princeton para jugar baloncesto, ella se empecinó en seguir sus pasos: “Soy más inteligente, puedo lograrlo”, habría dicho. Allí se graduó de socióloga con una tesis sobre las implicaciones de ser negra en un ambiente de élite. Ese talante lo heredó de su padre, un empleado de una planta de agua que nunca dejó de trabajar a pesar de sufrir de esclerosis múltiple.
Luego de terminar sus estudios de Derecho en Harvard, fue contratada por la firma de abogados Sidley & Austin, especializada en propiedad intelectual. Durante un verano sus jefes le encomendaron ser la mentora de un joven llamado Barack Obama que trabajaría como asociado de la compañía. Aunque él se interesó en ella de inmediato, Michelle se dedicó a presentarle a sus amigas porque no le parecía apropiado salir con un compañero de la oficina. Finalmente aceptó una invitación a ver una película de Spike Lee. El mismo Obama cuenta que años más tarde se encontró con el cineasta y le agradeció: “En esa cita Michelle dejó que pusiera mi mano en su rodilla”. La primera dama ha revelado que fue duro convencerlo de que se casaran, hasta que un día durante una cena llegó el anhelado anillo en el postre.
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